Las cremas reductoras están dirigidas a las personas que quieren reducir su contorno o su volumen de las piernas, los glúteos, las caderas y el abdomen. Están formuladas para impedir que se formen células de grasa subcutánea en las partes del cuerpo donde la aplicamos. Aunque su función no sea la de eliminar la grasa, evitan que se acumule más y ayuda a tener activa y reducir paulatinamente la que ya existe.
A pesar que estas cremas tienen propiedades muy beneficiosas para nuestra piel, es importante aclarar que no se tratan de cosméticos milagrosos, simplemente es una ayuda complementaria que junto a ejercicios y una dieta saludable te ayudarán a reducir la grasa acumulada de tu cuerpo. Si las utilizamos correctamente, pueden llegar a ser nuestras mejores aliadas ya que los nutrientes que aportan penetran en la piel de la zona deseada, elevan el riego sanguíneo y producen un drenaje linfático que nos ayuda a perder grasa.
La función de este tipo de tratamientos, básicamente, es combatir a los adipocitos. Estas células de grasa tienen la misión de crecer produciendo grasa en nuestro cuerpo. Mientras que el reductor tiene como función cortar la vía que alimenta al adipocito, impidiéndole que fabrique un nuevo tejido adiposo.
Podemos ubicar las cremas reductoras dentro del grupo de la cosmética adelgazante. Es aconsejable aplicar el tratamiento antes de empezar a realizar ejercicio físico, ya que de esta forma la grasa puede quemarse más rápido. Recomendamos aplicarla sobre la piel limpia, ya que con la suciedad no absorbe igual. Debemos masajear la zona de forma circular deslizando las manos desde el abdomen hasta las caderas, repitiendo el masaje dos veces al día durante unos 30-60 segundos.
Aplicar suaves pellizcos en la zona es clave, ya que ayuda a combatir la celulitis. Esta acción de compresión del tejido es ideal para reducir la grasa. Para intensificar el efecto de las cremas, debemos amasar con ambas manos la zona que queremos reducir.
Cabe recordar que si estas embarazada, alguno de los componentes como es el caso de la cafeína, puede provocar efectos no deseados. Este componente puede ser absorbido por la piel de la madre, penetrando en el torrente sanguíneo y llegar hasta el bebé.
Antes de elegir que tratamiento vamos a empezar en nuestro cuerpo, debemos fijarnos en el problema que presenta y la solución que queremos aportarle.
Si nuestro cuerpo no presenta ninguna imperfección en forma de hoyuelos y lo único que queremos conseguir es un complemento para disminuir la grasa, debemos utilizar una crema reductora. Contrariamente, si el problema es de celulitis, debemos elegir un tratamiento específico para combatirla; ya que las cremas reductoras no cumplen al 100% dicha función.
Sin embargo, pueden combinarse ambos tratamientos para mejorar su funcionamiento. Aplicar un tratamiento reductor con cafeína por la mañana y una crema anticelulítica sin cafeína por la noche o, incluso fajas reductoras o anticelulíticas.
Como ya hemos indicado anteriormente, los tratamientos reductores mejoran la eliminación de la grasa si también hacemos una dieta equilibrada, actividad física y una vida saludable. A la hora de elegir la crema que más se adapta a nuestras necesidades, debemos fijarnos en la composición y los principios activos de esta. A continuación, os presentamos una serie de ingredientes activos que contienen la mayoría de estos productos:
Entre los diferentes tratamientos y cremas reductoras que tenemos, disponemos de un lote reductor de la marca Somatoline. El denominado Professional System Liporeductor Muslos y Caderas, compuesto por un serum activador de rápida absorción que prepara la piel para recibir los mejores activos liporeductores y drenantes; y la crema liporeductora que ayuda a reducir la acumulación de grasa localizada y el exceso de líquidos.
Además, disponemos de otros productos de marcas cosméticas de renombre como Shiseido, Clarins o Jeanne Piaubert.